Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)
jueves, 22 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
EL YO LIRICO DE ESTE POEMA ES UNA PESONA QUE APESAR DE QUE LA PERSONA QUE AMA SE ALLA IDO LEJOS O AL MAS ALLA EL LA SEGUIRA AMANDO.
LOS RECURSOS QUE EL OCUPA LA COMPARACION.
Publicar un comentario